martes, 11 de mayo de 2010
Cuando uno ve la punta del iceberg...
...sabe que lo oculto bajo las aguas es de dimensiones mayores. La obra que Dios está haciendo es verdaderamente grande. Grande en extensión e intensión; es decir que Dios trabaja con las grandes tareas pero a la ves con lo profundo del corazón. Cuando la obra es grande, los recursos materiales y espirituales deben ser grandes. Si a eso sumamos que la obra es de Dios y no de los hombres, pues los recursos necesarios solo pueden ser provistos por Dios. Cuando uno ve lo grande de la obra de Dios, Puede animarse o desfallecer. En estos momentos parece que desmayamos, pero confiamos y oramos para que la obra no sea a nuestra medida y para que confiando, permanezcamos hasta el fin.
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