jueves, 10 de enero de 2013

Jeremias 29.11 y el El espejo retrovisor.



La vida cristiana es como un largo viaje en coche y la calidad de este viaje está determinada por el coche en el que andamos. Si preguntara qué dice Jeremías 29:11, probablemente el 90% de los cristianos activos sabría decir la respuesta. Es un versículo muy enseñado, fácilmente memorizado, no requiere respuesta alguna, muy comúnmente subrayado en la biblia, colgado en la pared de una iglesia y puesto en un cuadro en una casa. Se predica mucho sobre este versículo y es un natural motivador. Eleva la moral a quien lo lee y resulta una buena herramienta para quien quiere levantar el ánimo a otro. Pero es un versículo que no nos aporta nada más que la sola ilusión de lo que podría ser y en muchos casos nunca llega a ser.  Si preguntara que dice Jeremías 29:12, probablemente el 90% de los cristianos activos no sabría decir la respuesta. Es un versículo poco enseñado, por ende poco memorizado, requiere respuesta y acción, muy pocas veces subrayado, rara vez colgado en la pared de una iglesia y/o puesto en el marco de un cuadro en una casa. Se predica poco sobre este versículo, es un natural desmotivador (requiere esfuerzo, tiempo, espera y no funciona más rápido que nuestro ADSL). Paraliza al que lo lee y resulta una buena herramienta para quitar el espontáneo y efervescente ánimo del prójimo. Jeremías 29:11 habla de algo que depende absolutamente de Dios y por tanto es algo que no debe ocuparnos (tiempo y energías), ya que Dios es fiel, El no cambia y por lo tanto su contenido tampoco. Jeremías 29:12 habla de algo que depende absolutamente del hombre y por  tanto es algo en lo que debemos ocuparnos y en el cual hacer uso de nuestro tiempo y energías. Jeremías 29:11 es como un gran show en un gran estadio, sin puertas. Pero Jeremías 29:12 es la puerta de acceso a Jeremías 29:11.
El fin de año pasado, con mi familia planeamos realizar un largo viaje de vacaciones de alrededor de 4,000 kilómetros y nuestro coche no estaba en condiciones de sobrevivir el intento. Un amigo de nuestra familia nos dijo que él tenía un plan mejor para nosotros que nos permitiría tener un viaje lleno de esperanza y asegurarnos el futuro que esperábamos y consistió en usar su propio vehículo para realizar nuestro viaje. Esto es verdad. Aceptamos la propuesta y, llave en mano, tuvimos un viaje exitoso. Pero como cristianos no estamos haciendo así. Hemos subrayamos la propuesta de nuestro amigo, nos hemos subido la moral unos a otros en la familia, hemos pegado la nota en el espejo retrovisor de nuestro viejo coche y así nos hemos ido de viaje. Pasamos calor porque al aire acondicionado no funciona, pasamos frio porque la calefacción no funciona, gastamos mas gasolina porque el motor es ineficiente, nos duele el cuerpo porque la suspensión está rota, no podemos estirar las piernas porque el equipaje nos rodea cual “airbag” y finalmente estamos en el arcén y a un lado de la carretera con el coche roto. Pero no hay problema!!, simplemente tomamos la nota escrita en el papel puesta en el espejo retrovisor y proclamamos las maravillas de Jeremias 29:11 y nos gozamos en la buena voluntad de nuestro amigo que tan generosamente nos ha asegurado un futuro lleno de esperanza, aunque la realidad sea completamente diferente y hasta límites en donde ni siquiera somos conscientes de aquella miseria.
Esto está sucediendo hoy día así y no tiene por qué ser así. Tenemos que caminar por la puerta de Jeremías 29:12 e “ir a nuestro amigo y buscar a nuestro amigo y hablar con nuestro amigo para que nos de la llave”. Es muy importante tener la llave porque se trata del viaje de tu vida donde establecer el reino de los cielos...  y no sobre irte de vacaciones.