Nos conocemos desde jóvenes y nos identifica vivir nuestro amor por el Señor sin reservas. Dios nos ha unido en el vínculo de su Santo Espíritu y, ni el tiempo ni la distancia, pueden con los lazos establecidos por Su espíritu entre nosotros. Doy gracias a Dios por la bendición de compartir con obreros que me inspiran para continuar en el establecimiento de Su reino.
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